Joe Goldberg es el gerente de una librería de Nueva York, marcado por una infancia de sufrimiento y abusos: el abandono de su madre y una relación que terminó mal. A los ojos de su amigo Ethan, Joe se muestra tímido y torpe, especialmente con las chicas, mientras que para su pequeño vecino Paco, un niño atormentado por el romance de su madre drogadicta con un policía violento, Joe es incluso un héroe. Cuando conoce en la librería a la bella y provocativa Guinevere Beck -una aspirante a escritora y asistente universitaria- el librero queda encantado con ella, pero es este encuentro el que hace aflorar el lado más oscuro de su carácter. Tras la cara aparentemente tranquilizadora de un buen chico y los modales afables de un joven educado, se esconde el alma atormentada de un acosador meticuloso y peligroso, capaz de aprovechar las ventajas de las redes para observar a sus presas y crear condiciones favorables para conquistarlas y controlarlas.
Basada en las novelas escritas por Caroline Kepnes – You, Hidden Bodies, Providence: a Novel– la serie creada por el dúo Berlanti/Gamble, que va por su tercera temporada y ya está confirmada una cuarta, es un thriller psicológico y existencialista que cuenta con excesivo sensacionalismo el lado idealizado y distorsionado del amor. Joe está obsesionado con encontrar a su alma gemela y al amor perfecto, pero su enamoramiento pronto se convierte en una actitud voyeurista y morbosa que se vuelve cada vez más violenta y que le impulsa a hacer cualquier cosa, así sea eliminar definitivamente aquellos obstáculos que podrían socavar sus relaciones. Habiendo comenzado discretamente en Lifetime, la serie fue luego comprada por Netflix, lo que ayudó a que tuviera cierto éxito, aunque ciertamente no puede ser calificada como un producto educativo.
El universo ficticio presentado por You es deprimente y triste. El punto de partida de las tres temporadas es siempre el mismo: ¿qué estarías dispuesto a hacer por amor? La respuesta del protagonista es sencilla: cualquier cosa a cualquier precio. Pero la verdadera pregunta que nos hacemos al ver You es: ¿qué significa realmente amar? Porque nada de lo que se nos presenta puede entrar realmente en esta categoría.
Estéticamente bien elaborada y construida en torno a un personaje fronterizo y de doble personalidad, You mantiene el interés del espectador durante la mayor parte de la primera temporada, pero tiende a hacerse repetitiva en la segunda y excesiva y monótona en la tercera. A lo largo de cada temporada, Joe está obsesionado por una relación diferente y el espectador entra en conexión directa con el protagonista mediante el uso de la voz en off, que nos permite seguir el flujo de sus pensamientos, comprender su forma de ver la realidad y dar sentido a las situaciones que se desarrollan a su alrededor. Identificando una necesidad egoísta de posesión como amor, Joe se convierte en el protagonista de un comportamiento cada vez más deseducado y violento: elige a sus víctimas, viola su intimidad entrando en sus hogares, clonando sus teléfonos móviles y hackeando sus ordenadores; roba objetos íntimos que guarda como trofeos en cajas de madera, y como una araña escrupulosa teje su tela, insinuándose silenciosamente en la vida de su presa para controlar todos los aspectos. Joe se convence a sí mismo de que actúa por el bien del «tú» al que se refiere el título, pero es completamente incapaz de tener una relación sana. Su visión personal del sentimiento está distorsionada, viciada por las dudas, por la inseguridad de quien no puede confiar y por la manía de controlar.
Su personaje entra en la categoría de los antihéroes complejos que nunca se presentan como totalmente malos: aunque es un sociópata con profundos conflictos internos y psicológicos, también muestra un cierto sentido de protección hacia los niños y adolescentes que luchan con los adultos apáticos, pero mientras los salva, no puede encontrar una solución a los problemas si no es a través de la violencia. En su doble personalidad influye su pasado: una infancia y adolescencia que tuvieron efectos devastadores en su psique, pero que la serie utiliza para dar una explicación a su carácter inestable.
De hecho, You se desarrolla en dos niveles narrativos: el presente, organizado en torno a la relación de la temporada, y el pasado, con continuos flashbacks que revelan nuevos detalles sobre la vida del protagonista y la relación con su madre y con las figuras femeninas, casi siempre decepcionantes. Las acciones de Joe se construyen en analogía y contraste con las de otros personajes, todos ellos cuestionables: novias asfixiantes y posesivas, rivales amorosos, exnovios drogadictos, policías corruptos, profesores abusadores, exmaridos vengativos, actores que abusan de jóvenes adolescentes… Incluso los personajes femeninos tienen una connotación negativa: las mujeres de la serie mienten y engañan con facilidad, se aburren y buscan experiencias cada vez más satisfactorias desde el punto de vista sexual. La entrada del amor en la segunda y tercera temporada hace que el universo narrativo de Joe sea aún más sombrío y violento, atrapado en un matrimonio insatisfactorio, todo en torno a unas relaciones sexuales cada vez más excesivas (incluso llega a probar el swinging).
Aunque trata temas interesantes como las relaciones modernas, el uso excesivo de las redes sociales y el lado oscuro del alma humana, You es una serie inquietante que transmite una visión negativa del amor. El guión, enriquecido con continuas referencias a la cultura pop (se citan numerosos libros, películas, personajes y canciones famosas, hasta el punto de que casi destacan como única nota digna de interés) intenta, sin éxito, aligerar el dramatismo de la historia con toques irónicos en los diálogos o situaciones incómodas. La serie tiene un fácil atractivo para un pequeño nicho de jóvenes, fascinados por los personajes oscuros y las fuertes dinámicas vinculadas al sexo, las drogas y la violencia, pero la falta de un modelo de referencia positivo y la presunción de que ciertos comportamientos son menos graves si están determinados por circunstancias concretas, la convierten en un producto poco educativo y no apto para menores.
Marianna Ninni
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