Ted Lasso, un entrenador de fútbol americano, acepta dejar Kansas y trasladarse a Inglaterra para entrenar a un equipo de fútbol de la Premier League a pesar de apenas conocer los fundamentos del fútbol. No es de extrañar, entonces, que la recepción del equipo esté llena de escepticismo, con la excepción de la directora Rebecca, que fue la primera en tener la idea de invitarlo, pero sólo para asegurar el descenso y derrota del equipo, legado de un ex-marido infiel.
De este concepto claramente extremo y paradójico, surge una comedia inesperadamente dulce y llena de buenos sentimientos. Ted no sólo es un pez fuera del agua (como estadounidense en Inglaterra y como entrenador en el deporte equivocado), sino que también es un personaje intrínsecamente bueno, que consigue abrirse paso en el corazón de la gente que le rodea gracias a su optimismo y su capacidad de recuperación. Aunque nunca llegue a ser un gran entrenador de fútbol (lo volvemos a ver en el último episodio bastante inseguro sobre las reglas del offside), desde el principio demuestra ser un educador nato, capaz de sacar lo mejor de todos, ya sean sus jugadores, el conserje o la misma directora.
Para un público acostumbrado a las comedias en las que la risa proviene del cinismo de los personajes, Ted Lasso puede parecer ingenuo y, a veces un poco melodramático. Pero en tiempos difíciles y hambrientos de positividad, su entusiasmo tiene el potencial de entretener a jóvenes y mayores. Debido a los temas tratados, la serie se presta a ser vista en familia, y el único problema que puede ser digno de mención es el lenguaje más colorido que a menudo caracteriza a las plataformas en comparación con la televisión generalista.
El personaje de Ted Lasso tiene un origen particular: nació de una serie de anuncios con los que la cadena estadounidense NBC promocionaba la cobertura de la Premier League de fútbol. No había nada más natural que burlarse del desconocimiento de los americanos de este deporte «europeo».
Fue interpretado por el comediante Jason Sudeikis, quien primero se dio cuenta del potencial de este personaje y pensó en convertirlo en protagonista de una serie, aunque entre los creadores también está Bill Lawrence, el creador de Scrubs. La dinámica básica de la serie está tomada directamente de los anuncios publicitarios: se explotan las diferencias entre Estados Unidos e Inglaterra, a menudo con juegos de palabras -que pueden ser difíciles de entender para el público hispanoparlante- y la dificultad de Ted para acostumbrarse a las reglas del fútbol (¡¿qué sentido tiene ganar un campeonato mediante un empate?!).
Lo difícil de esta insólita adaptación era encontrar razones lógicas para justificar una situación tan absurda. Es aquí donde aparece la idea más fuerte de la serie: a los pocos minutos del comienzo descubrimos que Ted sólo ha sido elegido como entrenador del AFC Richmond porque la manager busca asegurar su derrota. Cegado por un optimismo inquebrantable, Ted parece el único incapaz de ver su propia insuficiencia, que por desgracia está a la vista de todos los demás, desde el capitán del equipo hasta el último de los aficionados.
Pero si al principio te encariñas con Ted porque es un hombre que no sabe que está al límite, cuanto más avanza la historia, más te das cuenta de que es menos ingenuo de lo que crees. Por un lado, porque aunque desconoce muchas cosas y nos reímos de su ignorancia, lo que le mueve es una curiosidad insaciable que le empuja hacia lo nuevo en lugar de encerrarle en sus certezas. Por otra parte, su optimismo y su fe inquebrantable en los demás no le ciegan en absoluto, sino que le permiten ver las cosas con otra perspectiva, a partir del terrible abismo del fracaso que se cierne sobre él. Para él, las propias categorías de éxito y fracaso no son tan absolutas como para sus jugadores, que han crecido para priorizar la competencia.
Sin embargo, lo que resulta ser una gran oportunidad en el campo de fútbol se convierte en una limitación en su vida privada. Aunque es bastante marginal dentro de la serie, se cuenta el asunto de la familia de Ted, donde su aceptación y falta de competitividad también revela sus limitaciones. Lo que podría haber sido una buena oportunidad para explorar las luces y las sombras de una bondad que a veces se lleva al extremo, se despide con cierta precipitación, al menos en esta temporada.
Esperamos que haya oportunidad de explorarla más a fondo en las dos próximas temporadas, que ya han sido confirmadas por Apple TV + y que sin duda darán a Ted Lasso la oportunidad de ofrecer nuevas joyas, dentro y fuera del campo.
Giulia Cavazza
Temas de discusiòn:
Mientras la primera temporada recibía una lluvia de Emmys, los episodios de la segunda temporada comenzaron a estrenarse en Apple TV. Fue un placer redescubrir las cualidades que hacen única a esta comedia, junto con los personajes que el público ha llegado a amar y que los guionistas lograron traer de vuelta con desafíos creíbles, incluso cuando sus caminos parecían agotados.
Al mismo tiempo, esta temporada llama la atención por su valentía a la hora de desviarse del terreno ya recorrido. En parte era inevitable: Ted ya no es un pez fuera del agua, ha aprendido a desenvolverse en la AFC Richmond y con su inquebrantable positividad ha conseguido ganarse el corazón de todos. Pero esto no es suficiente; como queda claro desde los primeros episodios, esta serie se encarga de explorar los límites de su método de empatía, amabilidad y galletas caseras. La llegada de una psicóloga deportiva, la Dra. Sharon, introduce otro punto de referencia en el equipo y no será el único. Ted se enfrentará a estilos de entrenamiento muy diferentes al suyo y, liberado de la onerosa tarea de ser el único pilar de Richmond, tendrá la oportunidad de mostrar sus debilidades y aprender algo nuevo a su vez.
Por ello, la nueva serie se centra mucho más en los conflictos internos de los personajes, sacrificando la historia futbolística del equipo, que pasa a ser casi un elemento de fondo. Pero un relanzamiento final muy acertado nos permite vislumbrar una tercera temporada en la que el enfrentamiento de nuestros protagonistas sólo puede tener lugar en el campo de fútbol.
