Catherine es una mujer de éxito: directora de documentales, ha hecho de la búsqueda de la verdad una misión que va más allá de su profesión. Todo entra en crisis cuando una incómoda verdad del pasado irrumpe en la novela de una desconocida, arriesgándose a destruir lo que más aprecia.
La serie investiga los rincones ocultos de las relaciones familiares. Nada es lo que parece. Tal vez sea necesario tener el valor de ir más allá de las apariencias de las propias convicciones, dando la bienvenida al otro antes de que sea demasiado tarde.
Magníficamente interpretada y rodada, Disclaimer se desenvuelve en una historia a caballo entre lo macabro y lo insípido, con giros y revelaciones que a veces rozan la inverosimilitud. La trama de suspense es apasionante aunque esté impregnada de psicopatía, mientras que el tema de fondo es la confianza en las relaciones. ¿Cuándo se puede decir que uno conoce realmente al otro? Sabiendo todo sobre alguien, ¿puedo decir que sé realmente quién es?
El primer tema, que se lanza a la cara del espectador desde las primeras imágenes, es el sexo. La serie comienza con uno de los protagonistas manteniendo relaciones sexuales con su novia en la cabina de un tren en marcha. Los autores subrayan, también a través del diálogo, cómo la sensualidad es la piedra angular de la relación entre ambos. Más tarde descubrimos que también será uno de los hilos conductores de la historia.
Catherine es una periodista consagrada, las investigaciones son su especialidad. Nada puede detenerla en su insaciable búsqueda de los hechos. Su vida es perfecta. Una carrera brillante, un marido que la adora. Robert es un hombre sofisticado que esconde tras su afirmación social una profunda inseguridad: vive en la sombra de una mujer de hierro, a sus ojos sin manchas ni imperfecciones, pero él es débil. Sin embargo, siempre ha sido un padre cariñoso: ha conseguido tener con su hijo un vínculo que Catherine, quizá por su carrera, no tiene.
La trama comienza a tomar forma cuando Catherine recibe un libro por correo que, según ella misma admite, contiene algo de su pasado, Robert no quiere ni dejarla hablar: no hay nada que pueda socavar su matrimonio.
Pero cuando es él quien recibe el libro por parte de un perfecto desconocido (Un perfecto desconocido es también el título del libro), acompañado de atrevidas fotos de su mujer, no atiende a razones: su relación ha terminado. En esas fotos ha visto a otra Catherine, una mujer que nunca se entregó a él en esa condición. Se siente traicionado, humillado: con otra, sí, pero no con él. En vano Catherine intenta explicarle lo sucedido; Robert ya ha descubierto su verdad y la ha apartado de su vida.
Qué es lo que realmente pasó y el hecho de que todo gire en torno a una muerte, se irá descubriendo en el transcurso de la temporada. Lo que es seguro para todos -para el personaje desconocido, para su difunta esposa, para Robert y para el público- es que Catherine no es lo que parece. ¿Es acaso un monstruo? ¿Alguien le ha preguntado alguna vez su opinión? ¿Hay realmente una «bomba sexual» escondida en esa mujer tan tranquila y reservada?
Robert está indignado por haber vivido toda una vida al lado de Catherine, sin conocerla del todo. Pero, ¿no ha estado tan centrado en su propio ego que ha oscurecido, incluso negado, todo lo bueno que Catherine tenía hasta entonces? Y sin embargo, pasaron cada momento juntos, los días felices y los menos felices. ¿Realmente la comprendió del todo?
En este sentido, la construcción de la psicología de los personajes deja que desear. Uno se pregunta, por ejemplo, cómo ha podido la protagonista vivir con semejante secreto (sea cual sea) hasta ese momento, sin dejar que nadie percibiera el más mínimo signo de turbación.
Con todo, la reflexión que se plantea es interesante.
En un mundo frenético, lleno de apariencias, donde no hay tiempo para tomarse un té mirando a la cara a quienes nos rodean (no en vano, la verdad saldrá a relucir ante una reconfortante, aunque drogada, taza de té), es importante, en cambio, detenerse, suspirar, reflexionar. ¿No corremos a menudo el riesgo de juzgar precipitadamente a las personas? ¿No somos demasiado superficiales, buscando en el otro sólo la confirmación de nosotros mismos?
Lo mismo ocurre en la familia del «desconocido». Un señor mayor que, encerrado en el dolor por la muerte de su esposa, y quizá aún más humillado porque la mujer siempre prefirió a su hijo antes que a él, no ve otra posibilidad de redención que la venganza ciega, sea cual sea la verdad.
Catherine es la gran figura positiva de la historia. Una mujer ultrajada, humillada, olvidada, nunca realmente tenida en cuenta, por un mundo masculino que reduce a las mujeres a objetos y sólo busca la afirmación personal. Su único error fue querer proteger a sus seres queridos, cueste lo que cueste, y sin embargo no pudo evitar a su hijo el profundo dolor que le marcará de por vida.
La única solución, para una verdadera redención femenina, parece ser, deshacerse de los hombres que la han ultrajado física y psicológicamente. El perdón no está permitido. En ocasiones tan extremas, cabría preguntarse si en realidad la vía del diálogo sincero entre hombre y mujer, de la compasión por la fragilidad del otro, sigue siendo o no viable.
Ilaria Giudici
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