Demon Slayer


Calidad general:
Calidad educativa:


IDEATORE: Koyoharu Gotōge
INTERPRETI: /
SCENEGGIATURA: Ufotable
PRODUZIONE: Ufotable
ANNO DI USCITA: 2019-en curso
STAGIONI: 2 (26x20/25')
PRIMA MESSA IN ONDA: Tokyo MX, GTV, GYT, BS11
DOVE SI PUÒ VEDERE ORA: Amazon Prime, Netflix, VVVID, Crunchyroll
GENERE: combate, dark fantasy

Età cui è rivolta la serie (secondo noi): >13
Presenza di scene sensibili: numerosas escenas de violencia, a veces especialmente crudas

Japón, principios del siglo XX. Tanjirō tiene trece años, un carácter suave y una familia a la que quiere. Lleva una vida humilde -tras la muerte de su padre, vende carbón para mantener a los suyos- pero feliz, en una casa aislada en las montañas. Hasta que un día, en su ausencia, su madre y sus hermanos pequeños son asesinados por un demonio. Sólo su hermana Nezuko parece salvarse, pero se convierte en un demonio. Decidido a no perder el ánimo, Tanjirō jura al menos salvar a su hermana, convirtiéndola de nuevo en humana. Pero primero debe convertirse en un cazador de demonios (un “Demon Slayer”) y derrotar al responsable de lo ocurrido a su familia.
Escrita y producida por Ufotable, un estudio de animación japonés a la vanguardia del uso de gráficos por ordenador, Demon Slayer (DS) es un anime de 26 episodios que adapta para televisión los seis primeros volúmenes del manga del mismo nombre, mezclando ingredientes típicos de los cuentos de fantasía con una ambientación retro, de gran atractivo para el público japonés y no japonés. Como en la mayoría de los mangas infantiles, la historia sigue las aventuras de un joven con un potencial oculto (Tanjirō tiene una fuerte determinación, un sentido del olfato infalible y la capacidad de empatizar con todo el mundo), en un viaje de crecimiento en el que poco a poco se le van uniendo varios compañeros de viaje, entre ellos la dulce Nezuko, que es capaz de ayudar a su hermano con su fuerza sobrehumana.
A pesar de un comienzo predecible, y de una comedia que no siempre está en consonancia con el tono de la serie, Demon Slayer  funciona, entre misterios que quedan sin resolver y espectaculares peleas a cuchillo. El mayor éxito se lo llevan los personajes principales, empezando por el protagonista, un héroe ejemplar que consigue sacar lo mejor de los demás, abriendo un rayo de esperanza incluso en los corazones de los villanos.

 

 

Profundización

Demon Slayer ha tenido un éxito increíble. Primera obra de una escritora de 30 años que prefiere permanecer en el anonimato, el manga ha vendido más de 150 millones de ejemplares en Japón, y también se ha vendido muy bien en el extranjero (por ejemplo en Italia estuvo en el top 10 de la ficción extranjera durante meses). Como suele ocurrir, el motor de este boom fue la adaptación animada, estrenada unos años después de la serie en papel -que ya estaba  en su fase  final- para mantener vivo el entusiasmo de los fans. Luego llegó la secuela cinematográfica, que, en plena pandemia, fue la primera película no estadounidense en escalar posiciones en todo el mundo, registrando la mayor taquilla global de la historia del anime.

El «fenómeno Demon Slayer«

Quizá lo más sorprendente del «fenómeno Demon Slayer» sea su alcance social. Hablamos de una saga apreciada no sólo por los jóvenes (lectores de la Shōnen Jump, la histórica revista en la que se publicó el manga), sino también por niños y adultos, con tantos homenajes a la serie durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos por ejemplo -cuando una famosa banda japonesa tocó el tema del anime-  o las citas en el Parlamento del ex-primer ministro del país (de más de setenta años).

Tensión y miedo en la lucha contra el mal

Por eficaces que sean, las estrategias transmedia y los gráficos llamativos no bastan para explicar la popularidad de la serie y su entrada en la cultura pop. Un tercer elemento de atractivo es su pertenencia a un género fácilmente reconocible, en el que el animé encaja, respetando su estructura y sus convenciones, pero con alguna novedad. Mientras otras series relacionadas con las artes marciales, como Naruto o Dragon Ball, nos habían acostumbrado a larguísimas sesiones de entrenamiento, que se prolongaban durante varios episodios, mostrando con detalle lo que suponía dominar una determinada técnica, Demon Slayer resuelve la cuestión con bastante rapidez, hasta el punto de sacrificar algunas dinámicas fundamentales (en primer lugar, la profundidad de la relación mentor-alumno), para pisar el pedal emocional: tensión y miedo en la lucha contra el mal, pero también momentos feel-good y conmovedoras miradas a la interioridad de los villanos.

La ubicación de la serie y la estructura de valores que representa

Un cuarto aspecto que no debe subestimarse, especialmente para los espectadores del archipiélago, es la ubicación de la serie y la estructura de valores que representa. El Japón del periodo Taishō (1912-26) era, de hecho, una «Belle Époque» en la que convivían en armonía lo antiguo y lo moderno, Oriente y Occidente, del mismo modo que, en la historia de Tanjirō (que, significativamente, lleva un haori tradicional sobre su chaqueta gakuran, el uniforme escolar japonés, inspirado en el uniforme del ejército prusiano), tienen cabida tanto los cazadores de demonios -nuevos samuráis- como los trenes de vapor.

El trabajo de caracterización realizado sobre el protagonista

Por último, pero no menos importante, es el trabajo de caracterización realizado sobre el protagonista, un chico normal pero muy humano, muy deseado por el editor del manga. La bondad de Tanjrō, que lucha porque no tiene alternativa y siente piedad por los demonios (tanto como para desencadenar en ellos, si se arrepienten sinceramente, una auténtica catarsis), es un soplo de aire fresco en un paisaje saturado de personajes claroscuros, que marcan la venganza de los héroes mainstream.
Enriquecida por una buena música y magistralmente animada (las secuencias «acuáticas», todas dibujadas a mano, recuerdan a la famosa ola del maestro Hokusai), Demon Slayer dejará indiferentes a los que buscan series complejas y originales, porque su fuerza reside en el saber entretener con sencillez, gracias a una trama clásica, a temas universales -entre ellos la importancia de la familia- y a un mundo al que siempre se puede volver con gusto.

Maria Chiara Oltolini

Puntos de discusión:

  • Una virtud en la que la serie hace gran hincapié es la tenacidad a la hora de enfrentarse a los obstáculos, o gambaru (“ir a por todas”): el objetivo no es sobresalir por encima de los demás, sino forjar el temperamento.
  • El trabajo en equipo es un arte en el que no hay que estimular la competición, sino la colaboración: en la serie, el ejemplo es Inosuke, un espadachín impulsivo para el que sólo tiene sentido la acción individual, y Tanjirō, que, como verdadero líder, le enseñará que para ganar es necesario trabajar juntos.
  • Sin cuestionar la existencia del mal, Demon Slayer opta por no hacer un retrato monolítico de los oni (los demonios del folclore japonés), utilizando frecuentes flashbacks para revelar cómo, detrás de sus crímenes, hay seres humanos que no son diferentes de nosotros, pero que han tomado el camino equivocado.
  • Ante una pérdida dolorosa, es fácil abandonarse a la desesperación: el verdadero valor, sin embargo, reside en seguir adelante, porque, como dice Tanjirō, “no importa cuántas personas puedas perder, no tienes más remedio que seguir viviendo”.
Etiquetas: