En los años sesenta, Irwin Allen, productor especializado en el género de la ciencia ficción, se inspiró en la novela La familia Robinson suiza (1812) -la historia de una familia de emigrantes que se dirige a Australia y naufraga en una isla del océano Índico- para crear una serie ambientada en el espacio. El protagonista de la serie, que comenzó en blanco y negro, era la familia Robinson, exploradores cósmicos que vivirían aventuras a lo largo de 83 episodios en tres temporadas.
En 2014, Legendary Television confió el remake a Matt Sazama y Burk Sharpless, guionistas y productores experimentados en el género de aventuras, que han trabajado en Dioses de Egipto y El último cazador de brujas (con Vin Diesel). El género del naufragio y las aventuras relacionadas es tan antiguo como la Odisea, pero la principal alusión en esta serie es al náufrago por excelencia: el mítico Robinson Crusoe.
Este último remake tiene sus propios elementos de originalidad: en conjunto, es una serie fresca y contemporánea que mantiene el aliento en repetidas ocasiones. En el centro está la familia, que, aunque imperfecta, sigue siendo un lugar de refugio, educación y libertad, así como una fuerza capaz de cambiar el entorno de manera inesperada. Aunque en esta ciencia ficción estamos lejos de las atmósferas oscuras y los ritmos lentos de Kubrick o de otras películas y series del género, Lost in Space te arrastra a un torbellino de acontecimientos al que es difícil resistirse.
Como la vida en la Tierra se está volviendo imposible, la humanidad se ha propuesto encontrar otros planetas con características similares al nuestro. La buena noticia es que ese planeta existe, es Alfa Centauri; la mala es que se encuentra en un sistema solar a años luz del nuestro. ¿Cómo llegar? Los científicos han conseguido crear misteriosamente una nave espacial capaz de realizar este larguísimo viaje en muy poco tiempo: la Resolute. En el momento de la partida de los Robinson, el Resolute ya ha realizado 23 viajes, pero esta vez hay contratiempos. La nave espacial Júpiter 2 se separa del Resolute y cae en un planeta aparentemente hostil. Así comienza la aventura de supervivencia de los Robinson, una familia formada por Maureen (una destacada científica de la NASA), John (ex Navy Seal) y sus tres hijos, Judy, Penny y Will.
Cada episodio termina con un acontecimiento que te deja al borde del asiento y te invita a continuar. Las adversidades son siempre originales y los acontecimientos se desarrollan en paisajes variados, de modo que el espectador nunca se aburre. La familia se verá obligada a separarse más de una vez y en una de estas difíciles circunstancias, Will, perdido, tiene un encuentro con un robot amenazante pero herido. Movido por la compasión hacia esta forma evolucionada de inteligencia artificial, Will recompone el robot, que cambia de actitud. El corazón de Will y un gesto de bondad consiguen reprogramar el robot, que se convertirá en el más fiel compañero y ángel de la guarda del niño y de toda la familia Robinson.
A lo largo de las temporadas, las amenazas serán variadas, pero la más peligrosa tiene que ver con el robot. Sin embargo, la fuerza de la unión familiar será capaz de superarlo todo, humanizando el entorno y acogiendo también a extraños como Don West, un simpático mecánico y contrabandista de estrellas. Los efectos especiales son notables y muestran una tecnología «cálida» con rostro humano. Incluso Robot tiene una «cara» especial que parece reflejar el cielo estrellado.
Lost in space merece un reconocimiento por su tema central, sus escenarios, su atractiva narrativa y por recordarnos que en la era de la tecnología nada puede superar las fuerzas inherentes al corazón humano.
Maximiliano Cattaneo
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