Heartland es en este momento uno de los programas más longevos de la televisión canadiense, pero pocos saben que está basado en los libros de Lauren Brooke, creadora y guionista de la serie.
La historia gira en torno a las vidas de las hermanas Amy y Lou Fleming, y su abuelo Jack Bartlett, y está ambientada en un rancho llamado Heartland, en el pintoresco escenario de las Montañas Rocosas de Alberta, Canadá.
Tras la repentina muerte de su madre, Amy, una adolescente, y Lou, ya una mujer de carrera en Nueva York, se encuentran lidiando con sus vidas y decidiendo el futuro de Heartland, junto a su abuelo. Entre carreras de caballos, rodeos, amoríos, peleas y reconciliaciones, las dos hermanas crecerán y encontrarán, cada una a su manera, su propio camino.
Más allá de la belleza de la fotografía, que muestra paisajes naturales inusuales y salvajes, Heartland destaca por la fuerza de los lazos que se representan: la familia Fleming-Bartlett está lejos de ser perfecta: el dolor y los viejos rencores del pasado han socavado su unidad y su estabilidad. Sin embargo, al final, todos los miembros de la familia logran permanecer unidos, perdonarse unos a otros, superar sus dificultades y diferencias, apoyándose unos en otros y aprendiendo unos de otros.
Aunque las primeras temporadas pueden parecer al espectador moderno algo anticuadas en el tiempo, los temas familiares que se tratan y la falta de escenas sensuales y de vulgaridad hacen de Heartland un producto particularmente valioso y adecuado para ser visto en familia.
La serie constituye una verdadera revolución en Canadá. Tanto es así que en 2010 se hizo una película, Christmas in Heartland. La fuerza de la serie, que explica también su longevidad, radica en el hecho de que los personajes son fundamentalmente positivos, a pesar de sus muchas imperfecciones. Las situaciones a las que se enfrentan son, en su mayoría, realistas; los errores que cometen son muy humanos; y siempre se resuelven los problemas haciendo prevalecer el bien, también gracias a la ayuda y al apoyo de los demás. En Heartland, de hecho, no sólo la familia es importante, sino también la comunidad. Por otro lado, la familia Fleming-Bartlett no se presenta maquillada o endulzada: Tim, el padre de Amy y Lou, por ejemplo, ausente durante muchos años (y es por ésto que el abuelo Jack no lo puede ver) quiere recuperar el tiempo perdido, aunque tiene un carácter muy difícil.
Jack, viudo, tiene el deseo de reconstruir su vida y volver a casarse, y esto al principio provoca celos en las nietas, que están acostumbradas a tenerlo todo para ellas.
Lou, la mayor, busca todo el tiempo una perfección que no existe: tiene un carácter duro y competitivo, arriesgándose a ser despótica y a desentenderse de la realidad. Amy, en cambio, es dulce, ha heredado el mismo don que su madre con los caballos, y sabe cómo entenderlos, comprenderlos y, por lo tanto, ayudarlos. Es una chica seria y decidida, que cuida de los caballos durante el día y estudia por la noche para mantenerse al día con la escuela.
Finalmente, el personaje de Ty, es un ejemplo de cómo incluso un chico con antecedentes penales puede redimirse a través del esfuerzo y el trabajo duro y convertirse en una persona mejor y digna de confianza.
En resumen, los personajes son polifacéticos y cada uno se enfrenta a unos desafíos diferentes. Sin embargo, es importante para todos, al final del día, reunirse en familia, que es también un lugar físico al que volver, quizás alrededor de una mesa para cenar y donde contar a los demás la jornada transcurrida.
Mientras que la duración de la historia podría acercar a Heartland a la telenovela, los fuertes lazos que perduran en el tiempo que la serie representa, la aleja definitivamente de ese género. La historia de amor entre Amy y Ty, en particular, se cuenta a lo largo de varias temporadas. Se describe con gran delicadeza la relación entre los dos y en sus diversos matices, desde el enamoramiento inicial, hasta el matrimonio y la creación de su familia.
Por último, no faltan temas más «teen», como el bullying, que se tocan de manera transversal, pero que ayudan a que sea una serie particularmente adecuada para ser vista en familia, con muchos puntos sobre los que reflexionar que se van ofreciendo a lo largo de la serie.
Por último, igualmente importante y central en la serie es el tema de la naturaleza. Heartland es, ante todo, un lugar donde se ayuda a los caballos que tienen problemas. Están presentes en cada uno de los capítulos y representan otro punto fuerte de la serie. La vida en el rancho se muestra en todos sus aspectos; desde la limpieza de los establos y las lesiones de los caballos, hasta el entrenamiento para las competiciones de salto. Los espectadores se sumergen así en un mundo especial de rodeos, carreras y saltos.
Eleonora Fornasari